Los hambrientos piden pan
Me mandaron una carta
por el correo temprano.
En esa carta me dicen
que cayó preso mi hermano
y, sin lástima, con grillos,
por la calle lo arrastraron, sí.
La carta dice el motivo
que ha cometido Roberto:
haber apoyado el paro
que ya se había resuelto.
Si acaso esto es un motivo,
presa también voy, sargento, sí.
Yo que me encuentro tan lejos,
esperando una noticia,
me viene a decir la carta
que en mi patria no hay justicia:
los hambrientos piden pan,
plomo les da la milicia, sí.
De esta manera pomposa
quieren conservar su asiento
los de abanico y de frac,
sin tener merecimiento.
Van y vienen de la iglesia
y olvidan los mandamientos, sí.
¿Habrase visto insolencia,
barbarie y alevosía,
de presentar el trabuco
y matar a sangre fría
a quien defensa no tiene
con las dos manos vacías?, sí.
La carta que he recibido
me pide contestación.
Yo pido que se propale
por toda la población
que «El León» es un sanguinario
en toda generación, sí.
Por suerte tengo guitarra
para llorar mi dolor;
también tengo nueve hermanos
fuera del que se engrilló.
Los nueve son comunistas
con el favor de mi Dios, sí.
Violeta del Carmen Parra Sandoval (San Fabián de Alico o San Carlos, Región de Ñuble, Chile, 4 de octubre de 1917-La Reina, Santiago, 5 de febrero de 1967), conocida como Violeta Parra, fue una artista chilena, reconocida como una de las principales folcloristas en América del Sur y divulgadora de la música popular de su país. Fue miembro de la prolífica familia Parra.
Su contribución al quehacer artístico chileno se considera de gran valor y trascendencia. Su trabajo sirvió de inspiración a varios artistas posteriores, quienes continuaron con su tarea de rescate de la música del campo chileno y las manifestaciones constituyentes del folclore de Chile y América Latina. Sus canciones han sido versionadas por diversos artistas, tanto chilenos como extranjeros. En conmemoración de su natalicio, el 4 de octubre es celebrado el «Día de la música y de los músicos chilenos».
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